21 marzo, 2006

"Plan tranqui"


La otra noche salí con unos amigos en "plan tranqui", pero se ve que eso para mi está vetado. Veníamos de tomarnos un mojito en el Cafetín árabe, cuando veo que mis amigos se paran y se quedan detrás de mi. ¿Qué pasará? pensé yo. Me acerco y veo a un hombre tirado en un portal, a los pies de la iglesia de San Bartolomé ,envuelto en una manta a rayas azules y blancas, que pedía a gritos que llamáramos a una ambulancia. Mis amigos, tras la primera confusión del momento, decidieron que teníamos que llamar a emergencias. Yo llamé al 112 (por cierto no sabía el número, poca previsión por mi parte)y tras una larga lista de preguntas acerca del hecho que me hizo una mujer en tono aburrido me dijeron que lo notificarían. Pasó un minuto, pasaron dos, pasaron 20 y la ambulancia que no venía.
Nosotros vigilábamos de lejos al hombre que seguía temblando y tosiendo. Justo al lado de su cabeza asomaba un brick de vino, cosa que nos hizo pensar que también iría bajo los efectos del alcohol, pero no sólo era eso. Ese hombre estaba enfermo de verdad.
Mientras llegaba la ambulancia nos dio tiempo y todo a tener un pequeño debate sobre la vida de las personas llamadas "sin techo". Complicado el tema, y sobre todo porque cada caso será un mundo y no sabemos qué cosas han llevado a esa persona a esa situación. Siempre pensamos que a mi eso no me pasaría, y como tal yo tenía esa postura en el debate, pero más tarde me fui tornando más flexible y ¿quién sabe?.

¡Por fin llegó la ambulancia! Un tío que antes de bajarse ya se veía con cara de pocos amigos. Aparca la ambulancia casi atropellando al pobre hombre que estaba detrás (ya lo que le faltaba), abre la puerta, buenas noches , se pone los guantes con una pachorra que no se identifica en absoluto con el ritmo frenético de Urgencias u Hospital central, y se dirige al hombre. Sin una mínima atención primaria, ni reconocimiento (para mi que ese tío era únicamente conductor de ambulancia), le dice a mi amigo: cógele de las piernas. Y así fue como lo subieron a la camilla y lo metío en la ambulancia. Además me sorprendió que sólo fuera una persona. Lo normal es que vaya el conductor y otra persona para atender al enfermo.
Me pareció demencial y denunciable y como que tengo este blog que a algunos llega, lo denuncio totalmente.

Tras nuestra "acción social" de la noche proseguimos la marcha, aunque ya no fue lo mismo. En el siguiente sitio que fuimos , El ahorcado feliz, con el segundo y último mojito (porque nos cerraron), brindamos por nuestro amigo, bautizado como "indi" (ingenio de mi amigo Antonio y totalmente en plan cariñoso), porque se mejorara y que por lo menos esa noche estuviera bien atendido (espero que el trato del hospital fuera mejor que el de la ambulancia!).

Y esa fue nuestra noche en "plan tranqui".