Una novedad en mi vida tras estos cuatro años de ausencia blogera es que me he independizado, bueno, mejor dicho, me he ido de casa, porque independiente, lo que se dice independiente total no soy, sólo que ahora la figura "manteniente" es otra, jiji. Pero sí, a efectos prácticos he salido de la casa familiar, esa en la que estaba tan bien, pero que, por otro lado, tenía ya ganas de dejar (algunos diréis, ¡con 28 años ya te tocaba!). En otros posts he hablado de épocas de transición como puede ser la del paso de estudiante a trabajador, pero este ha sido para mí uno de los momentos más importantes, y no sólo por salir de mi casa e iniciar una vida nueva, sino por hacerlo alejándome cientos de kilómetros. Ahora, pasados unos meses, todo ha vuelto a la calma, pero en un inicio no me ubicaba. En mi fuero interno, la niña que llevo dentro decía ,¡quiero a mi mami!, jeje, no lo podía evitar, suena absurdo, pero creo que algunos de los que estéis leyendo ésto y que hayáis salido de casa, me entenderéis.
Para que luego digan de la adolescencia, pues yo veo esta etapa, de los 20 a los 30 (que cada vez se va alargando más, puede que hasta los 40 en algunos casos) de las más críticas. ¡Cuánto cambio! ¡Cuánto pensar! ¡Cuánto decidir! Cuánto divagar....Que si el trabajo, que si la oposición, que si la pareja (si la tengo), que si me busco novia/o (que ya va siendo hora), que si no tengo dinero, que si ya me va tocando ésto o lo otro, que si se me pasa el arroz, que si todavía soy joven (y me quedo hasta las 7 de fiesta, uuuuhhh!), que si me empiezan a salir canas (esta mañana creí ver una, pero todo quedó en un susto, jeje), que si me caso o vivo en pecado, que si unos chiquillos me llaman de usted (perdone ¿tiene un cigarro?), que si quiero tener tres hijos tengo que empezar a los x años o esperar a tener trillizos, que si ya no veo a mis amigos lo que quisiera porque ya cada uno tiene su vida, que si soy tan pobre que no tengo ni hipoteca, que si la mierda de crisis que me ha tocado vivir justo cuando tengo que labrarme un futuro... en fin, que si me hago mayor....
Sin embargo, como optimista que me considero, no puedo acabar este post con esta angustia de vida que me he montado en un momento, porque sí, tenemos estos o algunos (gracias a que no tenemos todos) de estos pensamientos, pero también tenemos muchas ilusiones nuevas por descubrir como la alegría que te da conseguir tu primer trabajo "importante", comenzar una convivencia con tu pareja, sentir lo que debe ser la experiencia más maravillosa del mundo de tener un hijo, y alegrarte por los que esperan tus amigos (Ferdinam me alegro muchísimo), disfrutar de esas buenas cenas con los amigos que se pueden alargar hasta las mil sin necesidad de ir corriendo a los pubs, entender mejor a tus padres o por lo menos aceptarlos tal y como son sin seguir con esa lucha estéril....Esos son mis motivos alegres (como decían los niños perdidos del país de nunca jamás) para estar encantada de vivir esta época de mi vida ¿cuáles son los tuyos?.
10 noviembre, 2010
09 noviembre, 2010
Volver
Vaya, unas vacaciones de cuatro años, no está nada mal, diréis. Qué irresponsabilidad por mi parte, decir que me voy de vacaciones y no volver. Pero, como suele decirse, más vale tarde que nunca, ¿no? Aunque debo deciros que no estoy muy segura de este resurgir. Debo confesaros que dejé de escribir un buen día porque no encontraba dentro de mí palabras para seguir compartiendo en este blog, o si las tenía, no me apetecía plasmarlas en esta pantallita. Pero ayer, cuatro años después, me acordé de este mi blog, me puse a releer las entradas, los comentarios.... y diría que fue una experiencia divertida y entrañable. En muchos de los posts ni me reconocía, quieras o no de los 24 a los 28 años algo cambia; en otras ocasiones, me quedaba asombrada diciendo, ¿yo escribí esto? pues no está nada mal , o por el contrario, dios! cuánta tontería junta! Supongo que fue como releer un diario que hace mucho que escribiste. O ¿nunca lo habéis hecho? Probad, os aseguro un ratito de risas, de revivir sentimientos, incluso de avergonzarse de lo tontos que éramos o de lo a pecho que nos tomábamos las cosas.
Por otro lado, también pensé en que si definitivamente volvía a mi blog, no estaría mal darle un cambio, o incluso crear un nuevo blog y empezar de cero, pero descarté esta opción porque me gustó más la idea de continuar este proyecto que un día empeze con tanta ilusión. ¿Por qué no darle otra oportunidad? O en realidad, ¿esto no tendrá que ver con mi resistencia al cambio? Como decían mis terapéutas gestálticos, me lo haré mirar...
¡Qué cómoda me siento escribiendo! Ahora falta que me lea alguien, que algunos de los que me leíais (todavía no entiendo que me llegárais a leer tantos, muchísimas gracias!) volváis a hacerlo si os apetece, volver a adentrarme en este mundo de los blogs, porque no sólo dejé de escribir, sino que dejé de leeros, sorry...
Ahora, sinceramente os digo que no sé si lograré mantener este blog, pero si que os prometo que me lo voy a proponer en serio, luchando con todas mis ganas contra mi falta de constancia, esa que me impide terminar muchas de las cosas que empiezo (el gym, la guitarra, el inglés...) y que creo que con los años voy venciendo.
Bien, me despido de todos, pero pronto volveré, ya lo veréis.
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